Karacháyevo-Cherkesia era una Región Autónoma del Territorio de Stávropol. Aquí, "Glavyug" construía dos grandes fábricas: la química de Cherkessk y la de cemento en Dzhegutá.

En la práctica de la dirección del PCUS siempre han existido normas, no sé si escritas o no, según las cuales en las Repúblicas y Regiones Autónomas los Primeros Secretarios deberían ser nativos, mientras que los Segundos - que eran "los ojos y oídos de Moscú" - deberían ser, como regla, rusos. Pero cuando las Repúblicas o las Regiones Autónomas pertenecían a la categoría de insumisas el puesto de Primer Secretario estaba "cerrado" para los aborígenes.

Así ocurría entonces en Karacháyevo-Cherkesia: el Primer Secretario había sido "importado" de Bielorrusia y el Segundo, Nikolai Sujobóchenkov, era un dirigente local ruso.

El escrito en el monumento del linde administrativo de la región autónoma de Karachaevo-Cherkessia anuncia que ésta saluda a sus visitantes

El segundo secretario del PCUS local Nikolai Sujobóchenkov, en la foto el tercero de derecha a izquierda. El escrito en el monumento del linde administrativo de la Región autónoma de Karachaevo-Cherkessia anuncia que ésta saluda a sus visitantes

Precisamente este último - hombre muy modesto y sensato y, por cierto, muy bien acogido por los indígenas de la Región - se ocupaba allí de la construcción.

Nos invitó a comer en un claro del Dombay - valle montañoso en el que se encontraba la ex dacha de madera del legendario Mariscal del Ejército Rojo Kliment Voroshílov.

Aquella noche me acosté a dormir a cielo abierto en una azotea de la dacha que salía a un abrupto despeñadero. El saco de dormir - aunque hacía frío - me permitía dejar descubierta la cara y observar aquel cielo que - poblado de estrellas - era muy diferente al cielo moscovita. Yo acababa de traducir al español el libro "Los tesoros del firmamento", del científico soviético F. Ziguel, y ahora intentaba encontrar en él las constelaciones de mi horóscopo familiar.

¿Dónde estaba Escorpión, constelación de mi madre, de mi hermano Carlos y mía? ¿Y la de mi hermana Carmen? Ella nació en marzo, por lo tanto ¿debía ser la constelación de Piscis, o pueda ser de Aries?...

¿Cuándo volvería a ver a mis hermanos?

Hacía unos días que, una vez más, el Consulado de España en París me había denegado la entrada en España.

Osetia del Norte. El Coronel Xanti

Por la mañana temprano - después de un desayuno oriental compuesto por una sopa de callos, o jash, acompañada de un vaso de buen vino y del brindis osetio ¡Uásterdzhi!, que significa ¡por el amparador de los caminantes! - me despedí de mis anfitriones en la dacha del Dombay.

Tanto los callos como el vino y el texto del brindis los había traído desde la República Autónoma de Osetia del Norte Aslambek, el chofer del "Volga" que me llevaría a la primera República montañesa de mi itinerario por el Cáucaso del Norte.

Aslambek era un fornido muchacho de alegre sonrisa y bronceada faz montañesa, un patriota osetio que hablaba el ruso muy bien. Durante el trayecto demostró ser, además de magnífico chofer, un buen interlocutor e insustituible guía turístico. De vez en cuando sacaba un papel del bolsillo, le echaba una ojeada y proseguía la amena conversación que entablamos nada más salir del Dombay con las palabras iniciales: "¡Virgilio Virgílievich!..."

Yo pude ver de reojo que lo que el simpático chofer ojeaba cada vez era mi nombre y mi patronímico ruso, que Arcadi Tabólov - director de la empresa constructora de Osetia a donde nos dirigíamos - le había escrito con mayúsculas en un papel para que los pronunciase bien.

El secretario de la organización del PCUS de

En la foto, de izquierda a derecha, el secretario de la organización del PCUS de "Glavyug" Rásumov, Tabólov, un dirigente local y el autor

Aslambek me contaba que Osetia del Norte fue incorporada a Rusia en 1774, que su país ocupaba una superficie de 8 mil kilómetros cuadrados, que la República Autónoma contaba con 610 mil habitantes, que si antes de la Revolución de Octubre de 1917 el 87% de la población eran analfabetos ahora no existía tal noción. Cuando pedí a Aslambek que me dijera algo en su lengua natal me recitó unos versos de su preferido poeta osetio del siglo XIX Kosta Jetagúrov. Los recitó con énfasis y los tradujo al ruso con tono y gestos no menos enfáticos.

Yo miraba a Aslambek de reojo, admiraba la mímica de su cara al hablar y la atención y tranquilidad con que conducía el coche por aquella difícil carretera y me lo imaginaba montado a caballo recorriendo los senderos de las contiguas montañas, como lo hacían sus antepasados de las tribus alanas del Cáucaso del Norte.

Aslambek preguntó si me gustaba el teatro y, al oír la respuesta afirmativa, me invitó a ver en el teatro del drama una obra titulada "El coronel Xanti", en la que el héroe principal es un osetio que había participado en la guerra del pueblo español contra el fascismo.

Enseguida recordé la cara del general Jadzhí Mámsurov, Héroe de la Unión Soviética, cuya hombría tanto apreciaba mi padre por haberlo conocido en acción en el frente de Madrid. Le dije a Aslambek que yo conocía al "Coronel Xanti" y que no hacía mucho le había visto en Moscú, en una fiesta de los emigrados españoles.

Jadzhí era un alto Jefe del Servicio de Inteligencia del Ejército Rojo.

... Contaban que, cuando Mámsurov falleció en 1968 de un ataque cardiaco, a su entierro acudieron numerosos Agregados Militares de los países occidentales. Aunque la noticia necrológica de la muerte del General todavía no había sido publicada y, por lo tanto, nadie les había invitado al entierro, fueron obligados por sus jefes a cerciorarse personalmente que el General osetio - que tantas preocupaciones les había traído en vida - efectivamente había fallecido.

Los años pacíficos de Grozni

Recordando hoy mis largas estancias en la República Autónoma de Checheno-Ingusetia, en su capital Grozni y en las ciudades de Gudermés, Malgobek, Argún y otras quisiera relatar al lector algunas anécdotas.

Entonces, en 1967-1974, miles de obreros, técnicos e ingenieros, la mayoría de ellos chechenos e ingushes, trabajaban para poner en marcha la instalación deparafinadora que construimos y montamos con una importante empresa francesa en el Combinado petrolero de Grozni; para ampliar la fábrica "Krasny Mólot" de la capital y la fábrica de instrumentos para la industria médica en Argún; pero, muy especialmente, para construir nuevos barrios de bonitas casas, escuelas, policlínicas y círculos infantiles, todos ellos sismorresistentes, destinados a cubrir las necesidades de las familias montañesas, edificios que - con su arquitectura - componían y adornaban el centro de la capital y de las ciudades satélites...

Conferencia de las empresas constructoras de

En la foto: Conferencia de las empresas constructoras de "Glavyug" en el Cáucaso del Norte. El cuarto de derecha a izquierda es el autor

Quisiera relatar al lector todos estos magníficos momentos de mi juventud vividos con mis numerosos amigos, muchos de los cuales todavía residen y trabajan allí... pero no puedo.

Cuando ahora, en 1999, intento escribir estas líneas, la televisión, día tras día, muestra cuadros de la sangrienta guerra que alguien ha desatado en esta República montañesa para encubrir con un velo chovinista sus manipulaciones mafiosas desde el poder. Es una guerra injusta de genocidio de una raza insumisa, en la que también perecen miles de rusos.

Los proyectiles y las bombas destruyen sistemáticamente aquellos edificios que yo quería contarles a ustedes cómo los construimos.

Al pie de sus ruinas se ven cadáveres de rusos y chechenos. Puede ser que sea una obsesión, pero todos se parecen físicamente a aquellos compañeros míos...

La pluma no me obedece y se me cae de la mano...

Parece ser como si alguna fuerza negra quisiera borrar mi pasado y el de mis colegas...

Y pretendo cerrar temporalmente estas páginas del libro, dedicadas a la República Autónoma de Checheno-Ingusetia, esperando que la sensatez humana salga vencedora en esta absurda contienda.

... Entonces, si el hado quiere, pueda ser que todavía llegue a tiempo para ayudar con mis propias manos y consejos de ingeniería en la reconstrucción de aquellos maravillosos parajes que hermosos y orgullosos halcones todavía remontan a grandes alturas.

La República Autónoma de Daguestán

Por una carretera entre las montañas llegamos a Majachkalá al atardecer y, camino del hotel, dimos un paseo en coche por la capital. Recorrimos la Universidad del Daguestán, en la que en sus Facultades de física, matemática, química, biología, historia, filología, lenguas extranjeras, economía, comercio y derecho ya estudiaban 8.000 estudiantes; y también la filial de la Academia de Ciencias de la URSS, con sus cinco instituciones científicas; y el centro viejo de la ciudad, cuya reconstrucción ya había comenzado.

Fui alojado en una suntuosa morada ubicada en una montaña desde la que la ciudad y el Mar Caspio se vislumbran como desde un avión que se dispone a aterrizar.

La cena en el hotel se convirtió en una excursión verbal por el mundo de la historia y de la cultura nacional de los pueblos del Daguestán: avaros, lesguines, darguines, kumykes, lacos, y muchos otros.

Zakir, el ingeniero jefe de la empresa local de "Glavyug" resultó ser un kunak - amigo fraternal - de grandes personalidades del mundo de la cultura daguestana, entre ellas del poeta avaro Rasul Gamzátov y del joven compositor Murad Kazhláev, ambos laureados con numerosos premios nacionales e internacionales.

Al día siguiente - después de haber visitado el Combinado de casas prefabricadas y la construcción de una fábrica de productos lácteos de la capital - partimos en coche hacia Derbent. Por el camino visitamos algunas obras en la ciudad satélite de Kaspiysk, en Izberbash - centro de extracción de petróleo - y en la ciudad de Fuegos del Daguestán, donde funciona una buena industria vidriera.

A Derbent - puerto de 43 mil habitantes y frontera sureña del territorio en el que construían las empresas de "Glavyug" - llegamos al anochecer. Después de un magnífico baño en el Mar Caspio a la luz de la luna y de una buena ducha de agua dulce los anfitriones locales nos agasajaron con un sabroso "shashlyk" de pedacitos de carne de cordero negro, ensartados en las brochetas en secuencias con pedazos de cebolletas, tomates, berenjenas y pimientos, todo ello asado en ascuas de cepas.

Por la mañana temprano visitamos las ruinas de los muros, torres y puertas de la importante fortaleza en la frontera del mundo musulmán de los siglos VI-XV, el complejo de la mezquita de Dzhuma y de la ciudadela de Narýn-Kalá. La mayoría de los guías que ofrecían a los turistas sus servicios eran jóvenes nacionalistas, magníficos narradores de amplia erudición que transmitían a los oyentes la historia de aquellos restos y cementerios circundantes, la historia de su patria que - por existir censura estatal - no podía ser escrita y sólo se transmitía oralmente de una generación a otra.

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